La mayoría de las aplicaciones que operan en un entorno de red se clasifican como aplicaciones cliente/servidor. Estas aplicaciones, tal como FTP, los navegadores de Web y el correo electrónico, tienen todas dos componentes que les permiten operar: el lado del cliente y el lado del servidor. El lado del cliente se encuentra ubicado en el computador local y es el que solicita los servicios. El lado del servidor se encuentra ubicado en un computador remoto y brinda servicios en respuesta al pedido del cliente.
Una aplicación cliente/servidor funciona mediante la repetición constante de la siguiente rutina cíclica: petición del cliente, respuesta del servidor; petición del cliente, respuesta del servidor; etc. Por ejemplo, un navegador de Web accede a una página Web solicitando un URL, o dirección de Web, en un servidor de Web remoto. Después de que ubica la dirección URL, el servidor de Web identificado por la dirección URL responde a la petición. Posteriormente, tomando como base la información recibida del servidor de Web, el cliente puede solicitar más información del mismo servidor de Web o puede acceder a otra página Web desde un servidor de Web distinto. 
Netscape Navigator e Internet Explorer son probablemente las aplicaciones de red que se utilizan más a menudo. Una forma sencilla para comprender cómo funciona un navegador de Web es compararlo con el control remoto de una televisión. El control remoto le otorga la capacidad para controlar directamente las funciones de un televisor: volumen, canales, brillo, etc.
Para que el control remoto funcione correctamente, no es necesario entender cómo funciona electrónicamente el control remoto. Lo mismo se aplica en el caso de un navegador de Web, ya que el navegador le brinda la capacidad de navegar a través de la Web haciendo clic en los hipervínculos.
Sin embargo, para que el navegador de Web funcione correctamente, no es necesario comprender el funcionamiento ni la interacción de los protocolos OSI de las capas inferiores.